Mi amigo Pedro Agüera, cartagenero exiliado primero en Las Torres y después en Mallorca, esperaba con ganas una nueva entrada del blog. Pues le voy a dar, con cariño, en uno de los sitios donde probablemente más le duela: justo entre Cartagena y Murcia. Espero que no me lo tenga demasiado en cuenta.
Te equivocas de enemigo y de estrategia, digo, y me refiero al polémico Alcalde actual de Cartagena, D. José Lòpez, de Movimiento Ciudadano, y a todos los demás cartageneros que le echan la culpa de casi todo a los que vivimos en la ciudad de Murcia.
No puedo ni darte ni quitarte la razón en tus quejas salvo a título personal y desde la distancia, porque yo no he estado en el meollo del reparto autonómico de inversiones, ni he visto los informes de la UPCT que mencionas, ni soy el encargado de tomar según qué decisiones. Con la perspectiva que da el ser Barrigaverde de nacimiento pero medio Aladroque por adopción (por aquello de que uno no es de donde nace, sino de donde pace, y hace casi trece años que bajo a pacer a Cartagena de lunes a viernes, más cuatro años de estudio en la UPCT) , entiendo que en este asunto hay un poco de todo:
- Hay quejas más que justas en las que tenéis más razón que un santo (el Rosell y la ratio de camas en el área de salud de Cartagena, por ejemplo). Es muy cierto que vuestra comarca ha sido a veces maltratada, o que faltan servicios (con las TIC que existen hoy, descentralizar es relativamente fácil).
- Hay cosas que, aunque os dé rabia, tiene lógica que se hagan de cierta forma, como hacer - además de en Los Camachos - otra ZAL en Nonduermas (una ZAL no es en exclusiva la playa de contenedores de un puerto, sino una instalación donde tiene lugar el intercambio de mercancías entre diferentes medios de transporte, situada en un lugar estratégico con buenas comunicaciones y/o gran volumen de actividad comercial, y la capital murciana lo es) o que ciertos servicios se instalen en la capital (no por el mero hecho de serlo sino porque su población es dos veces mayor - tres si se considera su área metropolitana - y, al estar geográficamente centrada en el territorio regional, es más fácil llegar desde los demás municipios).
- También hay bastante demagogia y malentendidos, ya sea por desconocimiento o precipitación ( en España nos encanta saltar al primer titular aunque no tengamos ni puñetera idea del tema), porque os la han jugado demasiadas veces y ya está la cosa como con Pedro y el lobo, o por intento de sacar provecho político y ganar partidarios para la causa (el Corredor Mediterráneo, por ejemplo, no son los cien metros más cercanos a la orilla...Eso es la Servidumbre de Protección del Dominio Público Marítimo-Terrestre, pero en ocasiones interesa que se confundan los términos. Y la ZAL de los Camachos no está parada porque se la vayan a llevar a Murcia, sino porque está vinculada a la TECO de El Gorguel, cuyo desarrollo está bloqueado por problemas en la Evaluación de Impacto Ambiental, ya que la costa entre Cartagena y Cabo de Palos está bajo fuerte protección medioambiental. Mientras eso no se solucione, las empresas no quieren arriesgarse).
- Incluso, siendo malpensado, se podría pensar que el tema del desprecio a Cartagena se usa a veces para encubrir otros intereses, sin importar los incendios que provoque y demostrando una total falta de escrúpulos ( el solar del Rosell queda muy a mano para ubicar un hospital, ¿verdad?... Pues imagínate para un residencial de pisos de lujo).
Pero el caso es que no voy a eso. A lo que voy es a que, verdad o mentira, malentendido o realidad, siempre tenemos la culpa los que vivimos en Murcia y comarca, o eso es lo que nos parece llegar desde el otro lado de los Puertos. El famoso pero inexistente Malvado Ejercito del Pimentón.Tenemos la culpa de todo lo que no tiene Cartagena. Tenemos la culpa de las decisiones que otros tomaron hace cientos de años. Tenemos la culpa hasta de que la puñetera aguila perdicera anide justo dónde y cuando se corre la Ruta de las Fortalezas, manda huevos. Y ya cansa, joder.
En eso estriba el problema, en que nos echáis la culpa A LOS CIUDADANOS y DE TODO, sea cierto o no, y muchas veces de muy malas maneras. Los vecinos de la capital queremos que nuestra ciudad mejore, evidentemente, y hacemos nuestras peticiones en consecuencia. Arrimamos el ascua a nuestra sardina, como vosotros y como los otros cuarenta y tres municipios de la Región. Como todos, cuanto mejores servicios tengamos, mejor, faltaría mas. Si se establece que determinada inversión se va a hacer en nuestra ciudad, pues bienvenida sea. En eso no somos diferentes a ninguno. Nosotros no vamos a cuestionarla ni a rechazarla, como tampoco haríais vosotros, ni vamos a pararnos en si la decisión ha respetado el criterio de equilibrio territorial o no.
Pero es que esa no es nuestra tares. No somos nosotros, los vecinos de Murcia, quienes decidimos cuánto se invierte dónde. No somos los que tenemos que velar por un reparto equilibrado de la inversión y de la prestación de servicios, los responsables de hacer Región, estemos de acuerdo o no en que se podrían hacer mejor las cosas. La responsabilidad de ello recae, querido alcalde, en el Gobierno y las Instituciones de la Comunidad Autónoma, no en los vecinos de la capital. Por eso, cartagenero moreno, te digo que te equivocas de enemigo. Si no se han hecho las cosas bien, es a ellos a quienes tenéis que recriminárselo. A Fulano, Presidente de tal fecha a tal otra, o a Mengano, diputado regional en tal legislatura. Por mucho que los de uno u otro lado de la Cadena insistan, lloren, influyan o pataleen, ELLOS son quienes deben mantener una visión Regional sobre cada asunto y actuar en consecuencia (otra cosa es que la decisión te guste o no).
Si no lo han hecho, no es culpa nuestra, así que dejadnos en paz con tanta matraca. Si no han sabido hacer bien su trabajo, con amplitud de miras y la mencionada visión regionalista (lo cual tampoco quiere decir que cada vez que digáis algo se os tenga que contestar "Amén"), no lo pagues con nosotros. En todo caso, ellos deberían ser el blanco de vuestros dardos, no la gente de a pie.
Por eso también te digo que te equivocas de estrategia. No es lo mismo decir las cosas claras y con firmeza (como tus manifestaciones sobre el estado del Mar Menor en las que decías que se metieran los intereses políticos por donde les cupieran y arreglaran el tema, y en las que estoy contigo no ya al cien sino al doscientos por cien) y reivindicar lo que toque, que salirse de madre un día sí y otro también. No por chillar mucho y armar bulla vas a conseguir todo lo que exijas. Porque las bravatas llaman la atención sólo unas cuantas veces, con el consiguiente cabreo. Las primeras veces la otra parte quizá se esfuerce en responderte, y quizá a veces consigas algo para callarte la boca. Pero con las siguientes, cuando ya vemos de qué va el tema, cuando las faltas al respeto y las muestras de arrogancia se suceden, cuando le echas la culpa al que no tiene ni arte ni parte, lo único que conseguirás es que el que tienes enfrente desconecte y te mande muy lejos sin esperar a oir lo que tengas que decir, por muy razonable o veraz que seas, y no habrás conseguido nada. Así no se resuelven los problemas, y eso sí que no es bueno; ni para Cartagena ni para Murcia.
Querido amigo: Esto no va de cuál de nuestras dos ciudades gana, sino de que ganemos todos, en los 45 municipios. Así que los chulitos de ambos lados del Puerto que se larguen a otra parte. Sin que sirva de precedente, por una vez a ver si aprendemos del fútbol y dejamos la cosa en empate. Tenemos una Región muy grande que crear entre todos.
lunes, 31 de octubre de 2016
sábado, 22 de octubre de 2016
REPITIENDO ERRORES
Hace unos dias escuché al presidente de la patronal de los promotores pidiendo apoyo a las administraciones para pasar de las 50.000 viviendas de obra nueva anuales a más de 150.000, con objeto de "crear empleo y revitalizar el sector". "El país necesita un sector de la construcción fuerte", señalaba.
Eso, así se hace.... Como los abusos del mercado inmobiliario y la construcción sin escrúpulos ni control ha sido la causa principal de la actual crisis económica y social, por no hablar del gran número de barbaridades medioambientales cometidas... ¡Hagámoslo de nuevo! En vez de aprender, ¡caigamos en el mismo error otra vez! Como, después de jugárnoslo casi todo a un solo sector económico en España, se ha ido todo a la mierda por vuestra ambición - y por la de la cúpula bancaria, que por acción o por omisión fomentó el desmadre ya que usaba las hipotecas como garantía en sus operaciones financieras de altos vuelos y alto riesgo - pero los más afectados no habéis sido vosotros...¡Pues venga!¡A ver si la gente es igual de tonta y traga de nuevo!
Montones de casas vacías, y aún queremos construir más.... ¿Nos crees tan estúpidos para no saber a la perfección lo que te motiva realmente?
Lo que necesita el país, querido adorado de los especuladores, es que no se vuelvan a repetir los errores pasados, los excesos en el mercado inmobiliario que nos han costado sangre, sudor, lágrimas y corruptelas politicas. Lo que necesita el país, querido adalid de los recalificadores, es que lo liberen de gente que se ha enriquecido injustamente elevando el precio de una necesidad básica de forma artificial un pase de obra tras otro, condenando a miles de familias a años y años de sufrimiento económico, a jornadas laborales interminables y a no disfrutar juntos ni dedicar el suficiente tiempo a los hijos (luego preguntamos cómo los jóvenes de ahora han salido así). De gente que no ha dudado en untar a políticos, destrozar espacios protegidos, aumentar la ya de por sí elevada presión urbanística sobre ciertas áreas y espacios naturales sin importarles las consecuencias, quemar montes y demás barbaridades (ya sé, ya sé que, como en todo sector, habrá también gente honrada que se esfuerza en hacer su trabajo).
Así que podríamos hacer otras cosas, para variar. Podemos fomentar el alquiler rebajando la presión fiscal a los pequeños arrendadores y defendiendo sus derechos en caso de impago o vandalismo, para que les sea más interesante poner una casa en el mercado y les salga rentable hacerlo a un precio más ajustado. Podemos elevar las penas y los años de no prescripción de los delitos inmobiliarios, para que a los sinvergüenzas no les salga la cosa tan impune. También imponer una tasa elevada cuando una vivienda se venda de nuevo año o año y medio después de la compra, para acabar con la especulación de los "pases de obra". Podemos restringir la recalificación urbanística a lo estrictamente necesario, y fomentar la rehabilitación integral de edificios enteros, o de barrios enteros, para que sea más rentable y atractivo que construir edificios nuevos en zonas vírgenes (Tierra no hay más que la que hay y no debemos llenarla toda de ladrillo y cemento. Así, de paso, revalorizamos y revitalizamos esos barrios, y evitamos que se conviertan en guethos). Y en las zonas turísticas de costa, apostar por hoteles y un uso sostenible y no por tanto adosado.
Lo que necesita el país,en suma, querido amigo, es que cambiemos el modelo inmobiliario, y que el libre mercado no abuse de las necesidades de la gente. Porque está claro que la gente necesita un lugar para vivir y que, como normalmente uno no sabe o no puede construirlo, hay que pagar por ello... Pero también que hay que impedir que se abuse del hecho de que una vivienda es una necesidad básica. Como dijo el gran Forges en un artículo en El País allá por 2006 - en plena vorágine inmobiliaria -, la ley del libre mercado está muy bien para las teles de plasma o los móviles - cada uno que se compre el que pueda, y si no puede, que se fastidie -, pero nunca debimos permitir que esa misma ley fijara tan abusivamente el precio de la vivienda ni que se usara ésta como un objeto para enriquecerse, porque todos necesitamos vivir en una y no todos podemos pagarla. Sobre todo si un hatajo de piratas aprovechados y sin escrúpulos están engordando cruelmente a nuestra costa.
Eso, así se hace.... Como los abusos del mercado inmobiliario y la construcción sin escrúpulos ni control ha sido la causa principal de la actual crisis económica y social, por no hablar del gran número de barbaridades medioambientales cometidas... ¡Hagámoslo de nuevo! En vez de aprender, ¡caigamos en el mismo error otra vez! Como, después de jugárnoslo casi todo a un solo sector económico en España, se ha ido todo a la mierda por vuestra ambición - y por la de la cúpula bancaria, que por acción o por omisión fomentó el desmadre ya que usaba las hipotecas como garantía en sus operaciones financieras de altos vuelos y alto riesgo - pero los más afectados no habéis sido vosotros...¡Pues venga!¡A ver si la gente es igual de tonta y traga de nuevo!
Montones de casas vacías, y aún queremos construir más.... ¿Nos crees tan estúpidos para no saber a la perfección lo que te motiva realmente?
Lo que necesita el país, querido adorado de los especuladores, es que no se vuelvan a repetir los errores pasados, los excesos en el mercado inmobiliario que nos han costado sangre, sudor, lágrimas y corruptelas politicas. Lo que necesita el país, querido adalid de los recalificadores, es que lo liberen de gente que se ha enriquecido injustamente elevando el precio de una necesidad básica de forma artificial un pase de obra tras otro, condenando a miles de familias a años y años de sufrimiento económico, a jornadas laborales interminables y a no disfrutar juntos ni dedicar el suficiente tiempo a los hijos (luego preguntamos cómo los jóvenes de ahora han salido así). De gente que no ha dudado en untar a políticos, destrozar espacios protegidos, aumentar la ya de por sí elevada presión urbanística sobre ciertas áreas y espacios naturales sin importarles las consecuencias, quemar montes y demás barbaridades (ya sé, ya sé que, como en todo sector, habrá también gente honrada que se esfuerza en hacer su trabajo).
Así que podríamos hacer otras cosas, para variar. Podemos fomentar el alquiler rebajando la presión fiscal a los pequeños arrendadores y defendiendo sus derechos en caso de impago o vandalismo, para que les sea más interesante poner una casa en el mercado y les salga rentable hacerlo a un precio más ajustado. Podemos elevar las penas y los años de no prescripción de los delitos inmobiliarios, para que a los sinvergüenzas no les salga la cosa tan impune. También imponer una tasa elevada cuando una vivienda se venda de nuevo año o año y medio después de la compra, para acabar con la especulación de los "pases de obra". Podemos restringir la recalificación urbanística a lo estrictamente necesario, y fomentar la rehabilitación integral de edificios enteros, o de barrios enteros, para que sea más rentable y atractivo que construir edificios nuevos en zonas vírgenes (Tierra no hay más que la que hay y no debemos llenarla toda de ladrillo y cemento. Así, de paso, revalorizamos y revitalizamos esos barrios, y evitamos que se conviertan en guethos). Y en las zonas turísticas de costa, apostar por hoteles y un uso sostenible y no por tanto adosado.
Lo que necesita el país,en suma, querido amigo, es que cambiemos el modelo inmobiliario, y que el libre mercado no abuse de las necesidades de la gente. Porque está claro que la gente necesita un lugar para vivir y que, como normalmente uno no sabe o no puede construirlo, hay que pagar por ello... Pero también que hay que impedir que se abuse del hecho de que una vivienda es una necesidad básica. Como dijo el gran Forges en un artículo en El País allá por 2006 - en plena vorágine inmobiliaria -, la ley del libre mercado está muy bien para las teles de plasma o los móviles - cada uno que se compre el que pueda, y si no puede, que se fastidie -, pero nunca debimos permitir que esa misma ley fijara tan abusivamente el precio de la vivienda ni que se usara ésta como un objeto para enriquecerse, porque todos necesitamos vivir en una y no todos podemos pagarla. Sobre todo si un hatajo de piratas aprovechados y sin escrúpulos están engordando cruelmente a nuestra costa.
jueves, 13 de octubre de 2016
EL VOTO ÚTIL
En Política, yo soy muy raro. Aunque escoro un poco hacia la izquierda, pico de aquí y de allá, más que encerrarme en una ideologia, por las razones que di en otra de las entradas del blog. Quizá sea mi formación de Ingeniero Técnico, que me hace ver las cosas desde un punto de vista pragmático en el cual, como decia uno de mis profesores, "Lo Bueno es enemigo de lo Mejor".
Por eso me resulta tan difícil votar en unas Elecciones. Porque lo que me gusta de Ciudadanos no me gusta de Podemos, lo que me va del PSOE no me tienta del PP, y viceversa. Como pienso lo que pienso (véase "La Escora Permanente"), y no hay ningún partido "Transversal" que no esté encasillado ideológicamente, pues lo tengo crudo cuando llega el día.
Ahora vamos a los candidatos: Hay mucho vendehumos y mucho salvapatrias (o salvarregiones, o salvamumicipios) de boquilla que está en política para llevárselo crudo y velar por sus intereses personales (una jubilación dorada o un puestecillo en un Consejo de Administración), los de su Partido Político (véase el Powerpoint que pasa el PP a sus Ayuntamientos...¡Tiene cojones!) o los de sus colegas (elegid un caso cualquiera de adjudicación tendenciosa de contratos de servicios, cursos de Formación u obra pública) en vez de el de los ciudadanos. ¿Acaso te dan ganas de votar a alguno de ellos?
También hay políticos de otro tipo, por supuesto. Gente con vocación. Gente para la que la ideología es importante pero pesa menos que el interés general. Gente que de verdad trabaja sus conciudadanos, desde el Gobierno o desde una oposición responsable, que es consciente de que TODOS vamos a bordo. Gente a la que da gusto votar.
En un pueblecito de Almería está Virtudes, una jabata que pelea por conseguir cuanto más mejor para las tres villas de su Ayuntamiento. La ves una y otra vez en la Diputación o con los vecinos. Ha conseguido una estación de ITV en el municipio, una piscina en una de las poblaciones, un espacio escénico (algo así como un pequeño teatro) en la otra, y está detrás de una Residencia de Mayores. Reparte con equidad la inversión entre los tres pequeños pueblos en un ejercicio de equilibrio: ahora mejoro la plaza principal de éste, ahora una nueva carretera que reduce el tiempo para llegar al más alejado de los tres. Se nota que le gusta, y sus vecinos se lo agradecen otorgándole más y más votos en cada cita con las urnas, a pesar de que algunos han intentado cargársela. Es del PSOE, pero eso es lo de menos. Como si fuera de Marte. En realidad, ella es de todos y, si fuera vecino de ese pueblo, tendría claro mi voto.
En la Región de Murcia ocurria lo mismo con el ex-Presidente Alberto Garre, que en año y pico se preocupó por esta tierra más que Valcárcel y familia en los anteriores veinte - a vosotros no sé, pero a mí el que nada más acceder a la Presidencia se recorriera uno a uno los 45 municipios de la Región sin tener por qué hacerlo me dice bastante -, pero sus "compañeros" del PP regional fueron tan tontos, o estaban tan enfangados y debían tantos favores, como para no volver a designarle Candidato. Será porque les molesta, quizá, que no se ciña a los dictados de Génova y a sus trapicheos cuando no cuadran con los intereses regionales, o que cuando tiene que criticar la chapuza de la Desaladora de Escombreras o ciertas decisiones sobre Corvera, lo haga alto y claro. Que sea honrado y tuviera ganas de hacer las cosas bien. Un ejemplo de que en el partido no todo son ovejas negras y tramas corruptas, y ellos mismos se lo cargan. Será del PP, pero le hubiera votado a ojos cerrados. Espero verle de nuevo donde le corresponde, si tiene ganas.
Imagino que de Podemos y de Ciudadanos, y de otros partidos locales o regionales, habrá gente igual.
"Medid a los políticos por sus actos, y votad al que sea honrado, aunque sea de extrema derecha. Me lo dicta mi corazon de Izquierdas. Al ladrón no le voteis, ni aunque lleve la Hoz y el Martillo". La frase es de Julio Anguita, político al que no hay que perderse aunque no te guste lo que piensa, y es muy, muy acertada. Más de uno y más de dos deberían tenerlo en cuenta. Ese es el verdadero Voto Útil.
Por eso me resulta tan difícil votar en unas Elecciones. Porque lo que me gusta de Ciudadanos no me gusta de Podemos, lo que me va del PSOE no me tienta del PP, y viceversa. Como pienso lo que pienso (véase "La Escora Permanente"), y no hay ningún partido "Transversal" que no esté encasillado ideológicamente, pues lo tengo crudo cuando llega el día.
Ahora vamos a los candidatos: Hay mucho vendehumos y mucho salvapatrias (o salvarregiones, o salvamumicipios) de boquilla que está en política para llevárselo crudo y velar por sus intereses personales (una jubilación dorada o un puestecillo en un Consejo de Administración), los de su Partido Político (véase el Powerpoint que pasa el PP a sus Ayuntamientos...¡Tiene cojones!) o los de sus colegas (elegid un caso cualquiera de adjudicación tendenciosa de contratos de servicios, cursos de Formación u obra pública) en vez de el de los ciudadanos. ¿Acaso te dan ganas de votar a alguno de ellos?
También hay políticos de otro tipo, por supuesto. Gente con vocación. Gente para la que la ideología es importante pero pesa menos que el interés general. Gente que de verdad trabaja sus conciudadanos, desde el Gobierno o desde una oposición responsable, que es consciente de que TODOS vamos a bordo. Gente a la que da gusto votar.
En un pueblecito de Almería está Virtudes, una jabata que pelea por conseguir cuanto más mejor para las tres villas de su Ayuntamiento. La ves una y otra vez en la Diputación o con los vecinos. Ha conseguido una estación de ITV en el municipio, una piscina en una de las poblaciones, un espacio escénico (algo así como un pequeño teatro) en la otra, y está detrás de una Residencia de Mayores. Reparte con equidad la inversión entre los tres pequeños pueblos en un ejercicio de equilibrio: ahora mejoro la plaza principal de éste, ahora una nueva carretera que reduce el tiempo para llegar al más alejado de los tres. Se nota que le gusta, y sus vecinos se lo agradecen otorgándole más y más votos en cada cita con las urnas, a pesar de que algunos han intentado cargársela. Es del PSOE, pero eso es lo de menos. Como si fuera de Marte. En realidad, ella es de todos y, si fuera vecino de ese pueblo, tendría claro mi voto.
En la Región de Murcia ocurria lo mismo con el ex-Presidente Alberto Garre, que en año y pico se preocupó por esta tierra más que Valcárcel y familia en los anteriores veinte - a vosotros no sé, pero a mí el que nada más acceder a la Presidencia se recorriera uno a uno los 45 municipios de la Región sin tener por qué hacerlo me dice bastante -, pero sus "compañeros" del PP regional fueron tan tontos, o estaban tan enfangados y debían tantos favores, como para no volver a designarle Candidato. Será porque les molesta, quizá, que no se ciña a los dictados de Génova y a sus trapicheos cuando no cuadran con los intereses regionales, o que cuando tiene que criticar la chapuza de la Desaladora de Escombreras o ciertas decisiones sobre Corvera, lo haga alto y claro. Que sea honrado y tuviera ganas de hacer las cosas bien. Un ejemplo de que en el partido no todo son ovejas negras y tramas corruptas, y ellos mismos se lo cargan. Será del PP, pero le hubiera votado a ojos cerrados. Espero verle de nuevo donde le corresponde, si tiene ganas.
Imagino que de Podemos y de Ciudadanos, y de otros partidos locales o regionales, habrá gente igual.
"Medid a los políticos por sus actos, y votad al que sea honrado, aunque sea de extrema derecha. Me lo dicta mi corazon de Izquierdas. Al ladrón no le voteis, ni aunque lleve la Hoz y el Martillo". La frase es de Julio Anguita, político al que no hay que perderse aunque no te guste lo que piensa, y es muy, muy acertada. Más de uno y más de dos deberían tenerlo en cuenta. Ese es el verdadero Voto Útil.
viernes, 7 de octubre de 2016
A LOS ESPAÑOLES NOS GUSTAN GRANDES
Las obras públicas, señores. Me refería a las obras públicas, no se me emocionen. Que alguno seguro que ya estaba imaginando cosas...
Lo dicho: nos gustan grandes. Cuanto más grandes mejor. Da igual si después no sirven, si tienen sobrecostes, deficiencias funcionales o estructurales. Si eran necesarias o no, o si están sobredimensionadas. Si merecía la pena o te has pasado tres pueblos y era mejor hacer algo más pequeño y funcional. Nos ponen una obra grande delante y salivamos como los perros de Paulov
Lo importante es la envergadura, el número de hormigoneras y grúas. El diseño, el acabado, el tamaño. Que sean vistosas para que la gente se deslumbre con ellas y presuma de infraestructura. Aunque luego se nos caigan los trocitos de Trencadis en el cogote (Ciutat de les Arts, Valencia), el parqué tenga más baches que un patatal y las puntas de los tornillos asomen medio palmo por el interior de los vestuarios a la altura de la cabeza (Palacio de los Deportes de Cartagena) o acaben usándolas cuatro gatos y sea deficitaria (cuatro de cada diez estaciones AVE), con la millonada que ha costado la fiesta. Una millonada que, por cierto, pagamos todos.
Y luego hay que inagurarlas, claro. Por todo lo alto, preferentemente cuando se acercan las elecciones, a mayor gloria del político de turno. Que uno no se gasta tantos millones (ajenos) gratis, oye. Dentro de cuatro meses toca meter el voto en la urna de nuevo. Así que más vale chapuza de renombre, grande y resultona acabada durante la Legislatura, que obra bien hecha, pensada y aquilatada que pueda tardar más... ¡Vamos, para que se apunte el tanto el otro!
"Burro grande, ande o no ande", que dice el sabio refranero español. Nos ponen la obra delante y babeamos, sobre todo si es tanto o más grande que la del vecino. Si él la tiene, yo también quiero, aunque en realidad no haga falta. Cuanto más grande sea el asunto, pues será que más se han preocupado por nosotros, pensamos. Nos quedamos cegados por el tamaño y las siglas, instigados muchas veces por demagogos que sólo van a sacar partido, ya sea político ("¿Habéis visto qué bueno soy, que os he construido este mamotreto (inservible) ? ¡Votadme otra vez!") o económico (Cuanto más grande es el contrato, más gorda es la comisión que me llevo, como en las obras del AVE entre Elche y Murcia). Gente que se aprovecha de nuestra confianza, jugando con las demandas del pueblo para beneficio propio. Y todo porque no tenemos espíritu critico y no queremos tenerla pequeña (la obra, insisto), no sea que nos digan que somos menos que alguien.
Evidentemente, no pasa con todo lo que se construye, claro, pero hay casos muy flagrantes. Luego vienen las madresmías, los escandalizamientos, las manos en la cabeza... "Pero...¡si con eso se hubieran pagado tres más pequeños, que es lo que hacía falta!", gritamos indignados. Pero si nos lo advierten antes, nos hiere en nuestro orgullo y la pagamos con el incauto por mucha razón que tenga, aunque lo diga de buena fe y por el bien de todos. Desde niño no nos gusta que nos digan “NO”, aunque sea cierto (es verdad que muchas veces nos lo dicen sin razón alguna, con cierto desprecio incluso, pero deberíamos saber reconocer con sinceridad cuando esa respuesta tiene argumentos
Lo dicho: nos gustan grandes. Cuanto más grandes mejor. Da igual si después no sirven, si tienen sobrecostes, deficiencias funcionales o estructurales. Si eran necesarias o no, o si están sobredimensionadas. Si merecía la pena o te has pasado tres pueblos y era mejor hacer algo más pequeño y funcional. Nos ponen una obra grande delante y salivamos como los perros de Paulov
Lo importante es la envergadura, el número de hormigoneras y grúas. El diseño, el acabado, el tamaño. Que sean vistosas para que la gente se deslumbre con ellas y presuma de infraestructura. Aunque luego se nos caigan los trocitos de Trencadis en el cogote (Ciutat de les Arts, Valencia), el parqué tenga más baches que un patatal y las puntas de los tornillos asomen medio palmo por el interior de los vestuarios a la altura de la cabeza (Palacio de los Deportes de Cartagena) o acaben usándolas cuatro gatos y sea deficitaria (cuatro de cada diez estaciones AVE), con la millonada que ha costado la fiesta. Una millonada que, por cierto, pagamos todos.
Y luego hay que inagurarlas, claro. Por todo lo alto, preferentemente cuando se acercan las elecciones, a mayor gloria del político de turno. Que uno no se gasta tantos millones (ajenos) gratis, oye. Dentro de cuatro meses toca meter el voto en la urna de nuevo. Así que más vale chapuza de renombre, grande y resultona acabada durante la Legislatura, que obra bien hecha, pensada y aquilatada que pueda tardar más... ¡Vamos, para que se apunte el tanto el otro!
"Burro grande, ande o no ande", que dice el sabio refranero español. Nos ponen la obra delante y babeamos, sobre todo si es tanto o más grande que la del vecino. Si él la tiene, yo también quiero, aunque en realidad no haga falta. Cuanto más grande sea el asunto, pues será que más se han preocupado por nosotros, pensamos. Nos quedamos cegados por el tamaño y las siglas, instigados muchas veces por demagogos que sólo van a sacar partido, ya sea político ("¿Habéis visto qué bueno soy, que os he construido este mamotreto (inservible) ? ¡Votadme otra vez!") o económico (Cuanto más grande es el contrato, más gorda es la comisión que me llevo, como en las obras del AVE entre Elche y Murcia). Gente que se aprovecha de nuestra confianza, jugando con las demandas del pueblo para beneficio propio. Y todo porque no tenemos espíritu critico y no queremos tenerla pequeña (la obra, insisto), no sea que nos digan que somos menos que alguien.
Evidentemente, no pasa con todo lo que se construye, claro, pero hay casos muy flagrantes. Luego vienen las madresmías, los escandalizamientos, las manos en la cabeza... "Pero...¡si con eso se hubieran pagado tres más pequeños, que es lo que hacía falta!", gritamos indignados. Pero si nos lo advierten antes, nos hiere en nuestro orgullo y la pagamos con el incauto por mucha razón que tenga, aunque lo diga de buena fe y por el bien de todos. Desde niño no nos gusta que nos digan “NO”, aunque sea cierto (es verdad que muchas veces nos lo dicen sin razón alguna, con cierto desprecio incluso, pero deberíamos saber reconocer con sinceridad cuando esa respuesta tiene argumentos
). Ponemos verde al que simplemente quiere poner un poco de sensatez en todo esto, y si encima es de una ciudad vecina, ya ni te cuento: ¡sacrilegio! ¡Vamos, si a un murciano se le ocurre decir, por ejemplo, que una obra en Cartagena es una tontería....!...¡Ya puedes estar en lo cierto, que eres del malvado Ejército del Pimentón sin esperar a que expliques por qué!
Je,.lo más irónico es que luego te echarían en cara que lo podías haber dicho antes... Si es que a toro pasao todos somos muy listos.
Je,.lo más irónico es que luego te echarían en cara que lo podías haber dicho antes... Si es que a toro pasao todos somos muy listos.